¡Deja de fumar sin miedo a engordar!

Está científicamente probado que dejar de fumar genera un sobrepeso en nuestro cuerpo y muchas de las personas adictas a esta sustancia se niegan a dejar de fumar debido a esta consecuencia. ¡En NutriSalud te contamos cómo dejarlo!

Dejar de fumar suele tener una numerosa lista de consecuencias producidas en nuestro organismo. Un aumento de la ansiedad, el peso, el mal humor, trastornos del sistema nervioso, un malestar físico o, incluso, taquicardia son algunos de los síntomas mayoritarios al dejar "el vicio". El causante de todos los malestares anteriores se debe al principal componente adictivo del tabaco: la nicotina. 

Debido a este componente, los nutrientes se aprovecharán muy poco. La nicotina produce en el fumador la sensación de poco apetito, ya que, la sensación de hambre se dispara cuando los niveles de azúcar son bajos, los cuáles, serán compensados con los efectos hiperglucemiantes propios de la nicotina. Los niveles de las secreciones ácidas en el estómago cuando una persona es fumadora son reducidos y cuando esta deja de fumar aumenta desembocando en una digestión eficiente que aprovechará más nutrientes. Por estas razones, existe un notable aumento de peso en los primeros seis meses al dejar el consumo.

Este problema cada vez es más común en la población y una gran cantidad de personas adictas al tabaco se niegan a dejar de fumar debido a su posible aumento de peso. Debido al aumento de casos en la comunidad gallega, sobre todo en las mujeres, la Universidad de Santiago de Compostela (USC) ofrece un programa a fumadoras para no engordar al dejar el tabaco, disponible a partir de este mes de octubre, en el que se pondrá en marcha un tratamiento específico para cada persona. El programa cumple este año su trigésima edición ayudando en total a 14.000 personas que han acudido desde entonces a este proyecto de gran eficacia.

Fuente:  rualonso.blogspot.com

Recuerda que el tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública, ya que, mata a casi 6 millones de personas al año, de las cuáles, más de 5 millones son consumidores directos y más de 600.00 son no fumadores expuestos al humo del tabaco ajeno. Cada seis segundos, muere una persona a causa del tabaco.